que es la peste pulmonar

Qué es la peste pulmonar o peste neumónica

La peste puede manifestarse de diferentes formas, una de estas afecta a los pulmones y es conocida como peste pulmonar o peste neumónica.

La peste, se produce como consecuencia de una infección causada por una bacteria llamada Yersinia Pestis. La infección por esta bacteria, puede producirse en diferentes partes del organismo, por lo que existen varias formas de la enfermedad.

Muchas personas piensan que la peste es una enfermedad que ya ha sido erradicada, no obstante, esto no es así.

Aún a día de hoy existen brotes en distintas partes del mundo, especialmente en África, en Asia y en Sudamérica. Además, se han conocido casos en alguno de los estados de Estados Unidos como, California, Colorado o Nuevo México.

Esta enfermedad, acabó con la vida de millones de personas en la Europa de la Edad Media. Y aunque gracias a los numerosos avances de la medicina, la peste tiene puede tratarse si se diagnostica rápidamente, lo cierto es que es una enfermedad muy grave que causa la muerte en el 50% de los casos de contagio.

Las causas de la peste pulmonar o peste neumónica

La infección bacteriana llamada peste, se produce por la bacteria llamada Yersinia pestis. Esta bacteria la portan los roedores como las ratas y a través de sus piojos, la infección se propaga entre los humanos. En el caso de la peste pulmonar, la bacteria infecta los pulmones.

El contagio de la peste neumónica se transmite por el aire, y puede producirse a través de la inhalación de gotitas portadoras de la bacteria, que se mueven por el aire.

Para que una persona pueda contagiarse de la peste pulmonar, es necesario que esté en contacto con otra persona o animal que sean portadores de la enfermedad.

peste pulmonar

La peste puede darse de distintas formas, las tres más comunes son:

La peste bubónica, que es la forma más común de la enfermedad. La infección se presenta en los ganglios linfáticos y se produce a través de la picadura de una pulga o un piojo que sean portadores de la bacteria Yersinia pestis.

La peste septicémica, en este caso la infección de la peste se reproduce por la sangre. En muchas ocasiones, es una consecuencia o complicación de la peste bubónica o de la peste pulmonar.

El contagio en este caso puede producirse a través de la picadura de una pulga portadora de la peste, pero también a través de la piel si esta presenta grietas o heridas y entra en contacto con material infectado. La peste septicémica no se contagia entre personas.

La peste pulmonar o neumónica, la forma más agresiva de la enfermedad además de la menos común. En algunos casos, suele aparecer como consecuencia de la peste bubónica, aunque existen otros métodos de contagio ya mencionados.

El principal problema de esta forma de la peste, es que se puede propagar entre humanos sin la necesidad de que intervengan animales o pulgas portadoras de la enfermedad.

Los síntomas de la peste neumónica

Cuando una persona resulta infectada de la peste, los síntomas aparecen de forma repentina y puede tardar en mostrarse entre 2 y 8 días por lo general. Pero en el caso de la forma de la peste pulmonar, los síntomas pueden aparecer incluso en el mismo día que sucede el contagio.

El diagnóstico precoz es primordial en este caso, ya que, si la persona comienza a tratarse dentro de las primeras 24 horas, tiene mayores probabilidades de superar la enfermedad sin sufrir complicaciones.

Los primeros síntomas de la peste neumónica son:

  • Fiebre alta acompañada de escalofríos
  • Dolor de cabeza
  • Mareos y sensación de debilidad
  • Problemas respiratorios
  • Dolor en el pecho al intentar respirar de forma profunda

Si la peste pulmonar no se trata de forma rápida, los síntomas derivan rápidamente en una neumonía con dificultad respiratoria grave. La neumonía puede avanzar rápidamente y en los siguientes 8 o 10 días, puede agravarse considerablemente produciendo graves problemas respiratorios y entrada en shock.

Gracias a los inmensos avances en el campo de la medicina, hoy en día la peste neumónica puede tratarse eficazmente con antibióticos. Incluso en el caso de que se diagnostique la enfermedad de forma temprana, el paciente no necesitará hospitalización en la mayoría de los casos.

No obstante, la ausencia de tratamiento médico en las primeras horas puede tener consecuencias fatales para el paciente. Recibir el tratamiento durante las primeras 24 horas, reduce las posibilidades del fallecimiento en un 50%.

No solamente para la propia persona que se ha contagiado con la peste, el resto de personas con las que se relacione durante esos días pueden contagiarse y puede producir una propagación grave. Para evitarlo, las personas que han mantenido contacto con el afectado serán tratadas con fármacos durante 7 días.

El paciente, además de seguir su tratamiento médico de forma estricta, deberá utilizar una mascarilla para evitar la propagación de la bacteria a través del aire. Recuerda que hoy día puedes conseguir medicamentos para fortalecer tus pulmones como Pulmonarom.

Cuando acudir a la consulta médica

En el caso de que aparezca alguno de los síntomas mencionados, es primordial que acudas a la consulta médica de forma inmediata.

Esto no significa que estés contagiado con la peste, pero como ya has visto, detectar la enfermedad lo antes posible es fundamental para que el tratamiento resulte efectivo y se reduzcan las consecuencias fatales, así como la propagación de una enfermedad muy grave entre todas las personas de tu entorno.

Si has estado expuesto al contacto con roedores o crees que puedes haber sufrido la picadura de una pulga o piojo, acude rápidamente a los servicios sanitarios. Así, podrán realizarte las pruebas pertinentes y descartar todas las posibilidades a la mayor brevedad posible.

Según la información de la Organización Mundial de la Salud, cada año se descubren entre 1000 y 3000 casos de peste en el mundo.

Las zonas con mayor riesgo son las zonas montañosas y se sabe que existen focos de peste en algunas zonas del mundo como África o Asia. Sobre todo en zonas donde las condiciones de vida son mínimas y la higiene escasa.

Por lo tanto, si tienes planeado viajar a alguna de estas zonas, es recomendable que te asesores bien sobre los países que vas a visitar. Recibir la vacuna pertinente te ayudará a estar protegido frente a este tipo de infecciones tan graves.

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