que es la hipertensión pulmonar

Hipertensión pulmonar

La hipertensión pulmonar es una enfermedad de los pulmones en la que la presión afecta a las arterias, llegando a afectar al lado derecho del corazón.

El corazón, como motor del cuerpo es el encargado de enviar sangre a todos los puntos del organismo. Primero manda sangre a las arterias de los pulmones que son los que con el oxígeno, vuelven al corazón para enviar desde ahí al resto del cuerpo.

Cuando las arterias de los pulmones se obstruyen o se estrechan, la sangre que pasa del corazón a los pulmones ve dificultado el flujo, lo que provoca que la presión arterial suba.

Esta subida de presión (hipertensión pulmonar) hace que el lado derecho del corazón se vea castigado porque tiene que trabajar a un ritmo mayor del que está acostumbrado, y puede acabar debilitándose y fallando.

Esta enfermedad varía mucho su gravedad en función de la persona, del ritmo de vida y del tratamiento que se le suministre, pudiendo variar de leve hasta tener consecuencias mortales. Puede ocurrir en personas de todas las edades, sexos y razas, aunque es más frecuente en las mujeres jóvenes.

Causas de la hipertensión muscular

Aunque no están nada claras, los científicos creen que la causa principal por la que puede ocurrir la obstrucción de las arterias pulmonares es un cambio en las células que la componen.

Existen algunos factores de riesgo en las rutinas diarias de las personas que pueden hacer que crezcan las posibilidades de padecer con el paso de los años de hipertensión pulmonar. El uso de pulmonarom te ayuda a mejorar los pulmones para que se encuentren saludables.

Estos factores de riesgo son:

– Tener una vida sedentaria, donde no se realiza ejercicio diario que fomenta la actividad de los pulmones. En estos casos los pulmones no se encuentran muy activos y son más sensibles a que se pueda llegar a obstruir una de sus arterias.

– Tener sobrepeso.

– Tener enfermedades relacionadas con la circulación de la sangre o tromboembólicas. A veces un coágulo grande de sangre en una de las arterias pulmonares puede ser la causa directa de la hipertensión pulmonar.

– Tomar determinados medicamentos dietéticos relacionados con la pérdida del apetito.

– Tener apnea durante el sueño.

– Fumar y/o consumir drogas.

consecuencias de la hipertensión pulmonar

Síntomas de la hipertensión pulmonar

Dependiendo de la persona afectada, en los primeros meses e incluso años podría no haber síntomas latentes de la hipertensión pulmonar.

A medida que pasa el tiempo pueden empezar a aparecer porque ya están la enfermedad muy avanzada.

Por eso es importante que acudas a la consulta de tu médico ante la primera duda para que te haga el diagnóstico correcto y poder tratarla lo antes posible.

Entre los principales síntomas de la hipertensión pulmonar se encuentran:

– Fatiga y mareos

– Dificultad a la hora de respirar, sobre todo a la hora de hacer ejercicio, pero puede llegar a ocurrir estando en reposo

– Presión o dolor en la zona derecha del pecho

– Hinchazón de las articulaciones y sobre todo de los tobillos

– Tono azulado en la piel, los labios y las uñas

– Cambio en las pulsaciones y las palpitaciones del corazón, sin llegar a ser arritmias

Diagnóstico y tratamiento

Realizar un diagnóstico certero de la hipertensión pulmonar no es nada fácil ya que los síntomas son muy difíciles de identificar y pueden estar relacionados con otras muchas dolencias relacionadas con otras afecciones pulmonares o de corazón.

Para poder diagnosticar una hipertensión pulmonar, lo primero que realizará tu médico es un examen físico en busca de síntomas relacionados con esta enfermedad pulmonar, como buscar tono azulado en tu piel, uñas y labios; escuchar los latidos del corazón para ver si hay alguna irregularidad, examinar la vena yugular del cuello en busca de cambios en su tamaño, comprobar si retienes líquidos, entre otros síntomas.

Tras esto lo más común es realizar una prueba analítica de sangre en busca de niveles irregulares que puedan llevar a confirmar algún problema en la sangre o en la circulación.

En algunos casos se pueden llegar a pedir algunas pruebas más específicas como ecocardiogramas, rayos X del pecho, pruebas de caminar durante 6 minutos para comprobar la respiración y los latidos del corazón durante el ejercicio, pruebas de la función pulmonar o cateterismos de la parte derecha del corazón.

El tratamiento en el caso en que padezcas de hipertensión pulmonar dependerá de los síntomas y las complicaciones que te suponga ya que la enfermedad en sí no tiene cura.

Se te suministrarán medicamentos como anticoagulantes u oxígeno para aminorar los problemas derivados. En los casos más graves de hipertensión pulmonar se pueden llegar a realizar trasplantes de pulmones e incluso de corazón.